Cuando tenemos a nuestros hijos, las abuelas siempre son la principal fuente de sabiduría sobre los cuidados básicos tanto para el cuidado del bebé, como para el del cuerpo de la mamá en etapa de puerperio; uno de los principales consejos que dan las mujeres mayores de la familia a las nuevas mamás es acudir al baño de vapor una vez que hayan regresado del hospital, existen diferentes tipos de baños que pueden ayudar a la relajación, pero también a mejorar la salud y el estado de ánimo. A continuación les contaremos.
Los baños a vapor y con el uso de hierbas aromáticas se remontan a la antigüedad, ya que se tiene registros de hace más de cinco mil años de su uso; los antiguos griegos, romanos y turcos los utilizaban, así como los incas y los húngaros, quienes utilizaban aguas minerales para bañarse, en Escandinavia aun en la actualidad se utilizan los baños sauna, entre otros países y culturas antiguas. Las diferentes civilizaciones prehispánicas construían baños de temazcal para una inmersión completa del cuerpo en un lugar donde se produce el vapor con piedras calientes y se lava el cuerpo con el agua de plantas medicinales, las cuales podían tener diferentes objetivos.
Ya que en general consideramos al agua con la higiene y la pureza, el baño es una de las actividades más reconfortantes, ya sea tras un día de ajetreo en el trabajo, tras el deporte o para llenarnos de energía antes de ir al trabajo; por ello, tras el parto el baño de vapor es muy buscado para relajar los músculos, aliviar el dolor de huesos y, especialmente, porque las hierbas medicinales que se recomienda utilizar durante el baño, tienen propiedades relajantes, astringentes y desinflamatorias.
En la actualidad, la práctica de acudir a los baños de vapor es cada vez más común, pues podemos encontrar estos servicios en clubes deportivos, balnearios, spas o en lugares especiales que cuentan con baños individuales, para parejas o familias; incluso en el hogar es posible adquirir un sistema de vapor para la familia y utilizarlo en los momentos en que se desee.
Regresando de lleno al tema: en México, la costumbre de los baños de vapor y de hierbas se ha retomado (si es que alguna vez se olvidó) porque se ha comprobado que son de gran ayuda para que el cuerpo pueda liberar el estrés ocasionado por el embarazo y el parto, para desinflamar los tejidos del cuerpo e incluso para la bajada de la leche, ya que el calor y la relajación corporal son indispensables para que la lactancia pueda fluir con normalidad. Este tipo de baño puede solicitarse después de un parto natural, pero también tras una cirugía de cesárea; incluso las mujeres que perdieron a sus hijos a causa de un aborto espontáneo en los primeros meses pueden encontrar la relajación y confort en un baño de vapor.
Una mujer que recién tuvo a su bebé puede acudir y encontrar diferentes tipos de baños, en algunos se puede complementar con un masaje relajante, la aplicación de ungüentos en vientre y cadera, bebidas a base de hierbas medicinales (que no se encuentran contraindicadas con la lactancia, sino al contrario, pueden favorecerla), envoltura en hierbas calientes, entre otros. Las personas que se dedican a los servicios de baños indican que son de gran ayuda para sacar el frío que entra al vientre y cadera en el momento del parto.
Muchas mujeres después de haber tenido hijos sienten un frío muy intenso en su cuerpo, aunque el clima general sea caluroso; esto se debe a que durante el embarazo el organismo femenino genera mayor energía calórica para dar soporte y confort a su bebé, especialmente en el trabajo de parto, cuando las contracciones uterinas son un ejercicio muscular muy intenso que eleva la temperatura corporal. Al terminar la gestación, el organismo materno entra en reposo y deja de generar calor, por lo que las mujeres pueden tener una sensación de frío y, entre más difícil haya sido el parto, mayor será el frío que experimenten.
La disminución hormonal también es la responsable de sentir frío postparto, pues cuando la placenta se desprende la cantidad de progesterona disminuye, provocando que se pierda al menos un grado de temperatura corporal.
El tiempo en que una mujer tarda en recuperar su temperatura corporal depende de las calorías gastadas durante el parto, pero puede acelerarse con un baño de vapor, tras el cual se recomienda salir completamente cubierta para que su cuerpo guarde todo el calor generado en el baño.
Estos baños son recomendados para mujeres que, tras el parto sufren problemas como frío constante, problemas con la secreción de leche materna, contracciones de la matriz que causan dolores conocidos popularmente como entuertos, para desintoxicar el organismo, para liberar el estrés y relajar los músculos.
No existe un único momento para acudir a un baño de vapor postparto, algunas mujeres acuden a los 40 días de haber dado a luz o a los 90 días después de una cesárea, mientras que otras van al cabo de unos meses e incluso llevan a sus bebés, aunque no se recomienda que un menor de dos años entre al vapor. Se recomienda no exceder los 30 minutos en el baño, alejarse de las zonas donde sale el vapor para evitar quemaduras en la piel y cubrirse muy bien al salir, para evitar los resfríos.
Si tenemos un baño con vapor en casa o queremos un baño de asiento después del parto, podemos utilizar hierbas medicinales, que se adquieren con las herbolarias en cualquier mercado, y hervirlas para utilizar el vapor que sale de ellas en nuestro propio baño.
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