Hoy en día es bastante común que las personas acudan a un baño de vapor para disfrutar de los efectos positivos que tiene sobre el estado de salud general del cuerpo, y cada vez son más quienes deciden instalar una sala de vapor propia en sus hogares. Esta práctica, si bien ha cobrado especial popularidad en los últimos años, tiene una amplia historia en diferentes culturas establecidas en diferentes partes del mundo y en esta ocasión hablaremos un poco de las razones por las que persiste hasta la actualidad y por qué muchos la recomiendan.
Para comenzar conviene distinguir que existen dos tipos de baños de vapor, los baños turcos, también conocidos como saunas húmedos, y los saunas secos o finlandeses. La diferencia entre un baño de vapor seco y uno húmedo radica en el nivel de humedad que tiene la sala destinada a tomar el baño, en la temperatura que alcanza y en los medios utilizados para generar el vapor. Mientras que los baños turcos constan de varias salas con temperaturas variables, el sauna finlandés se compone de una única sala. En los baños turcos por lo regular el usuario transita por tres salas, la primera de ella acondicionada a una temperatura de alrededor de 25°C, la segunda tiene una temperatura promedio de 40°C y la tercera y última sala cuenta con una temperatura de aproximadamente 60°C. Al finalizar el recorrido por estas salas, el usuario toma un baño de agua fría en una piscina y puede recibir un masaje. En cuanto al medio utilizado para calentar los baños turcos, se utiliza agua calentada con leña, o bien se aprovecha la temperatura de las aguas termales, razón por la que el nivel de humedad en las salas sea elevado. Por otra parte, el sauna finlandés, como ya mencionamos, consta de una única sala revestida de madera. Al interior de esta sala la temperatura puede oscilar entre los 70 y 100°C pero a diferencia de los baños turcos el calor es seco, pues se obtiene al calentar piedras con leña o electricidad así que la humedad en las salas es mucho menor.
Como cada uno de estos baños de vapor tiene diferentes temperaturas y niveles de humedad, sus características específicas y los efectos que tienen sobre el cuerpo son diferentes, lo que conviene tener a consideración al momento de elegir cuál se utilizará. Debido a que el sauna finlandés sólo se compone de una sala, requiere menos espacio y es mucho más común que se encuentren en el hogar, en centros deportivos y en spas, mientras que los baños turcos por lo regular únicamente se encuentran en establecimientos especiales dedicados a ofrecer este tipo de servicio de baño. Por esta razón en esta publicación nos enfocaremos a hablar de las propiedades que tienen los baños de vapor secos, más comúnmente conocidos como sauna, según los niveles de humedad y rangos de temperatura que se alcanzan al interior de las salas.
Antes de presentar los efectos que tiene el calor del sauna para el cuerpo humano, cabe mencionar el papel social que cumplen estos baños de vapor. En los pueblos donde se originó el sauna, por lo regular se acude a las salas en compañía, pues de esta manera se puede sacar mejor provecho tanto a la energía como al esfuerzo que implica elevar la temperatura de la sala, lo que lo convierte en una excelente oportunidad para reunirse y socializar. Además, la charla puede facilitar la relajación que se suele buscar al interior de estas salas.
Por la temperatura elevada que caracteriza un baño de vapor se estimula la circulación sanguínea y el calor corporal aumenta, lo que tiene importantes beneficios para el sistema cardiovascular, además de favorecer la regeneración celular. Esto se puede notar fácilmente en los cambios en el estado del cabello, de la piel y en la aceleración del proceso de recuperación de ciertas lesiones en músculos, ligamentos y tendones. Con el calor, los poros se abren y se estimula la sudoración, con lo que el cuerpo comienza a eliminar toxinas y la piel recupera elasticidad, luce más hidratada, elástica, sin imperfecciones, en general mucho más saludable. Otro efecto que tiene el calor sobre el cuerpo es el aumento del drenaje linfático, lo que ayuda a reducir la inflamación, en especial para desaparecer las bolsas que se forman en la parte inferior de los ojos, al tiempo que se reducen los problemas de celulitis y se fortalece el sistema inmunológico. Al tomar baños de vapor la oxigenación y nutrición celular son mejorados, de modo que las células se restauran más rápidamente, los tejidos se regeneran, sin mencionar la acción bactericida que estos efectos tienen sobre el cuerpo.
Es bastante común que se utilicen los baños de vapor como una técnica de fisioterapia para ayudar a los pacientes en tratamiento y rehabilitación de lesiones, pues bien, esto tiene su explicación en los efectos analgésicos, antiinflamatorios y antiespasmódicos que tiene el calor sobre el cuerpo, de gran ayuda para mejorar el estado de músculos, tendones y articulaciones, reducir molestias y aliviar el dolor. Estos efectos también ayudan a las mujeres que padecen de menstruación dolorosa, ya que ayuda a reducir los espasmos e inflamación y a reducir los síntomas que acompañan ciertos trastornos menstruales. Además de todo esto el vapor tiene efectos positivos sobre el sistema respiratorio, despejando los bronquios y en general mejorando la respiración.
Gracias a todos los efectos positivos que el sauna tiene sobre el cuerpo, se indica tomar sesiones de vapor a personas que presentan lesiones o enfermedades que afectan el estado de los componentes de su sistema musculo esquelético, a quienes tienen problemas como bronquitis, faringitis y asma, y a quienes tienen problemas de circulación. También se recomienda a quienes sufren de acné, a mujeres que se encuentran pasando por la fase de la menopausia o tienen trastornos menstruales. Por otra parte, también contribuye a reducir los niveles de estrés y resulta de gran ayuda para las personas con problemas de depresión, ansiedad e insomnio. Sin embargo, para poder disfrutar de todos los beneficios sin que ello represente un riesgo para la salud, es necesario que antes de utilizar una sala de sauna se consulte con un médico si es conveniente someterse a altas temperaturas. El uso de baños de vapor puede estar contraindicado para personas con hipertensión arterial, problemas cardiacos, enfermedades infecciosas, con hipertiroidismo, con glaucoma, con enfermedades inflamatorias agudas, con tumores o que presentan fiebre. Por esta razón recomendamos seguir las indicaciones médicas para un uso seguro del sauna, incluso cuando no se padece ninguna enfermedad, es importante no exceder el tiempo de uso recomendado.
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